martes, 19 de noviembre de 2013

Encuentros virtuales, encuentros presenciales #escenariostec

A menudo nos preguntamos, en esta era de comunicación y globalización, si verdaderamente nos comunicamos.


No sé ustedes, pero muchas veces yo me frustro. En las aulas presenciales, pobladas por aproximadamente treinta alumnillos, tenemos más o menos el siguiente cuadro:

  • alumnos que no se escuchan lo que preguntan; 
  • alumnos que vuelven a preguntar lo que uno ACABA DE TERMINAR DE EXPLICAR; 
  • alumnos que exigen que se les responda EN EL MOMENTO. 


Normalmente, les explico que no soy Google y que necesito tiempo para comprender la pregunta, planificar la respuesta y vertirla en palabras. Pero también comprendo que ellos no están acostumbrados a esperar.

Los nativos digitales viven en el YA y les resulta mucho más atractivo enviar un mail o un twitt para formular una pregunta que hacerlo frente a frente. ¿Podemos culparlos? Entornos atractivos, juegos visuales (prueben el Prezi para las presentaciones, absolutamente recomendable), instantaneidad en la comunicación...

Más allá de sus evidentes ventajas, estas características ¿hacen reemplazable la comunicación cara a cara propia de las clases presenciales? ¿Podemos pensar en un futuro en que el aula (paredes, pizarrón, profesor de manos manchadas) ya no exista?

No puedo evitar angustiarme ante semejante panorama... aunque tampoco dejo de hallarlo interesante. Por lo pronto, actualicémonos, estudiemos y trabajemos intensamente... ésa es la idea.


Interrogante: ¿Cómo mirar la práctica cuando la resistencia al cambio es propia?

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